Queríamos compartir dentro de las leyendas de Madrid la historia del Ángel Caído
Al pasear por el Parque del Retiro, dentro de la rotonda que hay entre el paseo del Duque de Fernán Núñez y el paseo de Cuba (entrando por la Puerta del Angel Caído, situada casi al final de la calle de Alfonso XII), se encuentra la que es considerada por muchos, como la única estatua artística pública del mundo que representa a Lucifer, oficialmente llamada La Fuente del Ángel Caído, sobre el terreno que ocupaba la Real Fábrica de Porcelanas de la China, destruida durante la Guerra de la Independencia en 1813.
Hay que recordar que Lucifer era uno de los ángeles con mayor rango del cielo, el “portador de luz”. En la historia, el orgullo de Lucifer le lleva a luchar contra Dios, a ser expulsado del cielo y condenado al infierno.
Esta impactante y dramática escultura fue modelada por un alumno de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Ricardo Bellver, en escayola a Madrid en 1877, inspirándose en El paraíso perdido, de Milton, Bellver recrea el momento en el que Lucifer (que significa “el portador de luz”), es arrojado al infierno por Dios en castigo por su rebeldía después de haber sido su preferido. Por su gesto contrariado, podemos deducir que el bello ángel no está precisamente contento por su descenso al cadalso. Dicha obraobtuvo la aprobación general de los profesores de la Academia. En 1878 fue presentada la exposición Nacional de Bellas Artes, en Madrid y recibió la medalla de primera clase. Ante la calidad de la obra, ésta fue enviada a París donde se fundió en bronce y consiguió el primer premio en la Exposición Universal de París, lo que suscitó muchos comentarios y despertó gran entusiasmo entre críticos y admiradores.
Durante esta época, el Duque Fernán Núñez, que había financiado el acontecimiento de zonas destinadas al tráfico de coches de caballos, decidió adquirir la estatua. Después de mucho debate y controversia, Núñez logró convencer al público y a las autoridades, de que la estatua debía ser erguida por su factura artística con la que había sido realizada, además como metáfora del destino que pudiera aguardar a los que mostraran un excesivo orgullo.
En el siglo pasado, su influjo llegó a ser tal que la policía tuvo que tener la fuente permanentemente vigilada, porque allí se reunían grupos de ocultistas y satánicos para organizar siniestras ceremonias.
La obra muestra un joven alado y desnudo, desgarrado por la agonía debido a que una serpiente que le tiene apresado, enroscándose alrededor de su mano derecha y de ambas piernas, arrastrándolo hacia el infierno.
También se dice que dicha escultura guarda más de un secreto.
Corre el rumor de que está situada justamente a 666 metros por encima del nivel del mar y, sabiendo que la elevación media de Madrid está a unos 650 m sobre el mar, esta hipótesis no nos parece tan descabellada. Decidimos comprobarlo y, la verdad es que la estatua de Lucifer está situada a exactamente 665, 424 m por encima del nivel del mar.
Otro de sus secretos es que la serpiente que arrastra al joven hacia el abismo, no es una serpiente corriente, ya que posee siete cabezas, que dicen representa la perfección del mal. Este es un detalle difícil de percibir desde lejos, ya que la escultura recibió varios impactos de bala, probablemente durante la Guerra Civil.
A pesar de la leyenda urbana, la verdad es que esta no es la única estatua que representa a Lucifer, pues existe una en la Habana, Cuba, Turín Italia o Quito Ecuador
Y hasta aquí la historia del Ángel Caído, una estatua de gran controversia y debate social, que os invitamos a visitar y forméis vuestra propia opinión.