Hoy os queremos hablar de una de las leyendas más oscuras de Madrid. Porque, si alguna vez os dado cuenta, sabréis que justo detrás de la Gran Vía, se encuentra un edificio muy singular, en la calle infantas 31, al ladito de la Plaza del Rey, se trata de una vieja mansión con cuatro columnas en su fachada, y Siete Chimeneas cilíndricas en su tejado.
Aunque el uso actual del edificio es de la Secretaría de Estado de Cultura, en Madrid se la conoce como la Casa de las Siete Chimeneas.
La leyenda que os vamos a contar data de cuando este edificio fue construido y estaba ubicado en los límites de la ciudad. Una de las características de esta casa, las Siete Chimeneas,curiosamente se dice que representan los 7 pecados capitales. Pero por qué un edificio de aspecto tan inocente se relaciona con algo tan grande como los siete pecados capitales?
La casa fue construida por un cazador de la corte del rey Carlos V para su hija. Sin embargo, dicen las malas lenguas que realmente esta chica era la amante del hijo de Carlos V, el que sería el rey Felipe II y que fue este mismo quien mandó construir la mansión para Elena.
Al poco de construirse la casa, Elena se casó con un capitán del ejército que se llamaba Zapata. Cómo España andaba liada en la guerra de Flandes, al poco del matrimonio el comandante Zapata tuvo que irse a luchar en la batalla de San Quintín, como muchos otros. A las pocas semanas de haberse ido, Elena recibe la noticia de que Zapata ha muerto en batalla. Desolada por la noticia, la viuda deja de comer y dormir, y poco a poco se va consumiendo. Su aspecto empieza a ser muy descuidado, casi cadavérico, con el pelo sin arreglar totalmente enmarañado, las uñas largas, y la cara pálida e hinchada de tanto llorar. Se dice que terminó muriendo de pena.
Pero la historia no acaba ahí, parece ser que antes de morir se dio a luz a una niña, y esta desapareció. Además, se decía que Elena no había muerto de pena, sino que había sido asesinada y que su cuerpo se encontraba plagado de puñaladas. Además poco después de fallecer, el cuerpo de Elena desapareció.
Dejando detrás de sí un halo de misterio.
El objeto de las sospechas del posible asesino, fueron a parar al padre de Elena, quién fue detenido e interrogado por la policía. Después de un interrogatorio cruel y atroz, el cuerpo del padre de Elena apareció colgado de una viga de la Casa de las Siete Chimeneas. Los rumores a su vez dicen que el cuerpo desapareció, para evitar que saliera a la luz la relación entre Elena y el futuro rey Felipe II.
Fue el príncipe quien, tras escuchar los rumores que cada vez se extendía más por la Vía de Madrid, decidió realizar una investigación sobre la muerte de Elena. Pero esta investigación fue en vano, pues lo único que sirvió fue para que se generarán a su vez más rumores y preguntas alrededor de este triste acontecimiento.Se dijo que, como el cuerpo de Elena no se había encontrado, lo habían escondido en una de las paredes de la casa, emparedado. La casa se llegó a registrar pero no se encontró ni rastro del cuerpo.
Pasó el tiempo y la gente empezó a olvidarse del suceso, hasta que un labrador una noche de invierno dijo que había visto una sombra que se movía entre las siete chimeneas. Según este labrador se trataba de un fantasma de una mujer pálida vestida con un vestido blanco de seda que llevaba una antorcha, caminando de un lado a otro del tejado de la casa. Cuando llegaba al borde del tejado se arrodillaba y volvía empezar, la figura golpeaba su pecho una y otra vez mientras señalaba hacia el Alcázar, que era donde vivía el, ya coronado,rey Felipe.
Pero el labrador no fue el único en ver a la extraña figura, varias personas juraron haber visto este fantasma, caminando de un lado al otro, del mismo modo que lo describió el labrador. Pronto se volvió a extender el rumor de que era el fantasma de Elena, intentando señalar a la persona que la había asesinado y había ocultado su cuerpo en lugar de haberla enterrado apropiadamente. Otros dijeron que realmente no era un fantasma sino la hija de Felipe y Elena quién se había subido al tejado y se paseaba por las noches de un lado a otro, delirando tras saber la verdad sobre sus padres.
La casa quedó en desuso y después de muchos años, ya en el siglo XIX, el banco de Castilla la compró. Para hacer uso de ella, se hicieron obras en todo el edificio, instalando cañerías y suministros. Se tuvo que levantar el suelo del sótano y, para sorpresa de los trabajadores, se encontró un esqueleto humano enterrado en el suelo de este sótano. Se confirmó que era el esqueleto de una mujer y que además del esqueleto, se encontraron monedas de la época de Felipe II.
Pero, para desgracia nuestra, no podemos confirmar ningún hecho aquí narrado. Esperamos que por lo menos hayáis aprendido algo más de nuestra hermosa ciudad.